sábado, 24 de octubre de 2009

AUTOS INTELIGENTES

La seguridad activa destinada a prevenir los accidentes de tránsito, enfrenta una etapa decisiva de desarrollo que le permitirá transportarse hacia las puertas de lo que hasta la fecha parecía sólo reservado a las películas de ciencia ficción: el denominado "auto inteligente".

Uno de los fabricantes que mayores pasos parece haber dado es el gigante japonés Toyota, que durante el último Salón de Tokio presentó un avanzado dispositivo de comunicación electrónica que permitirá a sus autos "ver, hablar y tomar decisiones en lugar del conductor", aunque usted no lo crea.


Pese a que se trata de una hipotesis algo difícil de asimilar, este proyecto, denominado por Toyota "Sistema Cooperativo", lleva un largo camino de desarrollo y ya forma parte del inventario de la organización ITS (Sistemas de Transporte Inteligente, según sus siglas en inglés), cuyo trabajo se orienta hacia aumentar la seguridad de las carreteras y reducir el número de víctimas fatales.

Este mecanismo procesa la información recogida por una red de sensores instalada en el vehículo (que incluye cámaras, radares y receptores de radio), para detectar posibles situaciones de riesgo, y evitar que se traduzcan en un accidente. Claro que para un rendimiento óptimo se requiere instalar en los semáforos emisores de radio que "informen" a los vehículos cercanos sobre un inminente cambio de luz. En ese punto, el computador central del auto avisará al conductor con una señal sonora, y un mensaje de alerta desplegado en pantalla.

Y si el automovilista decide ignorar la advertencia, el "cerebro" central activará los frenos para reducir la velocidad e, incluso, detener completamente la marcha, si es necesario.

El sistema también analiza una serie de indicadores que conjugan los diversos hábitos de conducción del conductor, contraponiéndolos con los gestos que normalmente reflejan su cansancio (bostezos, movimientos de cuello, caídas de cabeza, etc). Así, se elabora un perfil de conducción que sirve de base para detectar cualquier pequeño síntoma de fatiga.

Para establecer un patrón de conducta de su conductor, el cerebro electrónico del auto analiza variables tales como velocidad, aceleración longitudinal y lateral, ángulo de giro, presión ejercida sobre los pedales, entre otras acciones. A las cuales contrapone la incidencia de factores externos como el estado del asfalto, la temperatura o condiciones climáticas, etc. Todo ello para formar un cuadro lo más objetivo y certero posible.

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